1️⃣ Adoptar una alimentación epigenética
Incluir alimentos ricos en antioxidantes (frutas, verduras, té verde) para proteger el ADN de daños.
Consumir omega-3 (pescados, chía, nueces) para reducir la inflamación y mejorar la regeneración celular.
2️⃣ Reducir la exposición a factores epigenéticos negativos
Minimizar el consumo de tabaco y alcohol, que pueden alterar la expresión genética y acelerar el envejecimiento.
Usar protección solar para prevenir modificaciones epigenéticas causadas por los rayos UV.
3️⃣ Optimizar el descanso y la gestión del estrés
Dormir al menos 7-8 horas para favorecer la reparación celular y la regeneración de la piel.
Practicar mindfulness o técnicas de relajación para reducir el estrés, que puede activar genes relacionados con el envejecimiento.
4️⃣ Incorporar tratamientos de estimulación epigenética
Terapias como mesoterapia, PRP (plasma rico en plaquetas) o HIFU pueden activar genes responsables de la producción de colágeno y elastina.
Uso de cosmética epigenética con ingredientes como péptidos o factores de crecimiento que influyen en la expresión genética de la piel.
5️⃣ Mantener un microbioma cutáneo equilibrado

Usar limpiadores suaves y probióticos tópicos para fortalecer la microbiota de la piel.
Evitar productos con químicos agresivos que alteren la barrera cutánea y su regulación epigenética.
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